Wednesday, May 31, 2006

La azarosa historia de los hermanos Robledo: misterios sin resolver y lecciones de profesionalismo



por Juan Cassavetes

En tiempos como los que corren, con una escena futbolística tan mediocre, con estrellas del balompié creadas por la prensa del corazón y con “embajadores’’ en canchas europeas que apenas coquetean con la titularidad, vale la pena recordar a esos ídolos de verdad; aquellos que con más talento y menos palabrería lograron inscribir su nombre en la historia del fútbol criollo y, en ciertos casos, mundial.

La historia de los hermanos Robledo podría ser sin duda una de aquellas y sus nombres podrían ser hoy un referente obligado en el medio futbolístico. Lamentablemente, no se podría decir que es el caso. El radio de su fama se limita sólo a los conocimientos especializados de algunos periodistas deportivos jóvenes (pero instruidos), uno que otro futbolero ilustrado, y a la memoria de los hinchas veteranos de Colo Colo y el Newcastle de Inglaterra, clubes donde militaron en la década del 50, con un éxito que deja a los Valdés, a los Jiménez y a los Contreras (ahorrándome a los Pinillas) como meros “turistas’’, paseando por el Viejo Continente.

Y ya que hablamos de turistas, es imposible no “destacar’’ el profesionalismo de la mayoría de los reporteros y cronistas deportivos de la época, los que vieron jugar a esta dupla. Tipos caballerosos, de palabra amable y nula opinión, se peleaban por acompañar a las delegaciones nacionales en sus giras, para después volver con los estómagos llenos de aperitivos y las maletas cargadas de souvenirs para sus familias, prestos para transcribir textualmente los cables que enviaban las agencias internacionales.

Si bien la tecnología y los recursos de hace medio siglo no posibilitaban una información deportiva completa y actualizada del acontecer futbolístico mundial para el público chileno, lo cierto es que el de Jorge y Eduardo Robledo es sólo uno de tantos otros casos similares -aplicables no sólo al deporte (y no sólo a Chile, sin duda)- con episodios de trayectoria reconocidas en el extranjero y muertes ignoradas y anónimas.

La singular historia de los Robledo, que incluye títulos de liga, tentativas de nacionalización y una muerte sin resolver en un crucero arábico, es nuestro especial de PALABRA DE FÚTBOL de hoy, dividida en 2 entregas. A continuación, la historia de Jorge Robledo.


Jorge “Pancho’’ Robledo

Dos o tres años mayor que su hermano Eduardo, “El Gringo’’, como se le conoció en algún momento a Jorge en Chile, nació para ser crack. Oriundo de Iquique, emigró a Inglaterra junto a su hermano en 1932, a los 5 años de edad, a la casa de su madre inglesa.

Durante la Guerra, ambos defendieron la camiseta del Barnsley. En su debut ante el Newcastle, Jorge marcó una tripleta, lo que lo hizo estar en la mira de dicho club por varios años. Años más tarde, accedió a fichar por el Newcastle con la condición de que su hermano también fuese contratado. Pese a que no habían visto nunca jugar a Eduardo, el talento de “George’’ hizo posible la transacción en 1949 y no decepcionó en su debut: marcó el gol de la victoria frente al Sunderland, convirtiéndose en un “héroe instantáneamente’’, tal como consigna la página oficial del equipo inglés.

A partir de entonces, y hasta 1953, la magia y los goles de Robledo lo convirtieron en una leyenda, con actuaciones memorables como en la final de liga de 1952, donde un gol suyo frente al Arsenal le dio el titulo a su equipo (ya había marcado el gol del triunfo en la semifinal frente al Blackburn Rovers). A tal punto llegó su fama, que, según ciertas fuentes, los británicos plantearon la necesidad de darle la nacionalidad inglesa, para que jugase por la selección.

Pese a esto, Pancho -como era llamado por sus compañeros en el Newcastle-, respondió al llamado de la Asociación Central de Fútbol y viajó para representar a Chile en el Mundial de Brasil 1950. En el Estadio Maracaná, le toca en el primer partido jugar contra la selección inglesa, ante la cual perdió por dos goles a cero. Después de perder contra España, marca un gol en el triunfo frente a EE.UU. por 5-2, ya eliminados.

En 1953, Jorge y Eduardo dejan el Newcastle y retornan a Chile para jugar por Colo Colo. Según se ha dicho, las persuasivas ofertas de Antonio Labán (presidente del club albo por ese entonces) y los deseos de volver a su patria habrían motivado esta decisión, extraña a primera vista.

Tras el pago de 25 mil libras esterlinas por su pase, Jorge llegó a Colo Colo con un notable currículum bajo el brazo: 91 goles en 166 partidos con “Las Urracas’’, era el primer sudamericano en jugar una final en Wembley (1951) y “el primer extranjero que marcaba un gol en la catedral del fútbol mundial’’ (1952). Sólo para la estadística, Marcelo Salas fue el segundo chileno que marcó goles en esta cancha, el 11 de febrero de 1998.

Además, Jorge mantiene hasta hoy el récord en el club, que iguala el obtenido por el escocés Hughie Gallacher en 1927, al marcar 39 goles en una temporada. En las cuatro temporadas que “George’’ pasa en Newcastle, el club gana dos veces la Copa Inglesa. (La primera vez que lo hace en forma consecutiva en el siglo XX).

En su primer año en Chile, Jorge saca campeón al club popular, convirtiéndose en el máximo artillero de la temporada. Al año siguiente, en 1954, si bien repite el “pichichi’’, no consigue el título, que queda en manos de la Universidad Católica. Según se afirma en la página web de Colo Colo, “el juego de Robledo era un juego técnicamente inglés, responsable y disciplinado, de ataque metódico y eficiente. Jorge fue toda una escuela para sus compañeros de club’’.

En lo futbolístico, lo último que se sabe de Robledo es su participación en las eliminatorias de Suiza 1954. Chile perdió todos los partidos de su grupo (contra Paraguay y Brasil), y el único gol chileno en los 4 encuentros fue precisamente de Jorge.

En cuanto a sus últimos días, los únicos antecedentes que se tenían eran aportados por el escritor nacional Germán Marín, quien dedicó su libro “Carne de Perro’’ a los hermanos Robledo. Según la dedicatoria de Marín, “Jorge repitió los días en el pueblo de Rancagua, en un empleo burocrático, acabando como guardián de puerta en el colegio Mackay de Viña del Mar’’.

Durante mucho tiempo circularon además una serie de informaciones que no pudieron ser del todo confirmadas, como por ejemplo su afición compulsiva al whisky, en especial tras la extraña muerte de su hermano Eduardo (tema del próximo capítulo). Lo cierto es que la última palabra quedó registrada por el periodista Francisco Mouat, quien en su crónica de la Revista El Sábado, del 21 de febrero del 2004, titulada precisamente “Los hermanos Robledo’’, aclara en parte el desenlace de esta historia.

“Jorge Robledo terminó sus días no de guardián de puerta del Colegio Mackay, sino como encargado de deportes del colegio Saint Peter´s de Viña del Mar. Murió joven e inesperadamente, a los 62 años, de un paro cardiorrespiratorio. Le sobreviven su esposa y una hija, ambas radicadas en Viña del Mar’’.

Mouat, quien ha sido uno de los pocos en investigar sobre los Robledo, afirma que Jorge conoció a su esposa Gladys Nissim en Rancagua, formando “una hermosa pareja’’. Se casaron en 1959, dos años antes de que el astro dejara el fútbol en O’Higgins, retirándose de manera discreta, “sin hacer mayor ruido’’.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

muy buena y bella nota

12:01 AM  
Anonymous Anonymous said...

are the robledo's the first south american players in england?
are there any argentine players known to have transferred to english clubs before ardiles and villa?
if yes, can you please mail to paul_van_den_berg@hotmail.com

Muchas gracias,
Paul

3:43 PM  
Blogger mentecato said...

Mi padre fue compañero de labores en el mineral de "El Teniente" de Rancagua. Un día me lo presentó. Fue para mí un honor que nunca olvidaré.

6:28 PM  
Anonymous Anonymous said...

Debe haber sido una visión de niño, pero recuerdo haber visto a los hermanos Robledo con Italo 'El Chico' Cremaschi que miraban un partido de fútbol sentados en la orilla de la cancha entre El Banco Central y La Caja de Amortización en el viejo Country Club de Príncipe de Gales en Santiago.

11:39 PM  

Post a Comment

<< Home