De cómo el devenir de la historia es más estúpido de lo que uno cree

“La humanidad prefiere ver gestos a oír razones.” (F. Nietzsche)

Hay un hecho de facto. En las próximas elecciones de la ANFP, Reinaldo Sánchez aparece como una opción real. Increíble, pero cierto. Apoyado por un ramillete fecundo de equipos chicos, en su mayoría, clubes fracasados sin grandes expectativas reales, pero con una capacidad de fantasía que conmueve hasta el más frío de los hombres. Un ejemplo: el actual sistema de campeonato. Se dice, adornado del púrpura más celestial, que beneficia precisamente a los planteles más precarios, a aquellos equipos que jamás han ganado algo, aquellos que caminan cabizbajos por los patios traseros de las grandes fachadas. Pero, como cualquier persona levemente informada, los campeones han sido... la U, Colo-Colo, Católica, Cobrelos y... la excepción, el magro equipo de Unión Española. La fantasía que determina a algunos pequeños equipillos a votar por la actual directiva, y el actual sistema de campeonato, no se derrumba ante ninguna inmanencia de facto. Pese a que siguen marcados por la derrota, CREEN en milagros. Más bien en milagros imposibles. Al igual que las más grades esperanzas de la humanidad, aquellas que han funcionado como motores de la historia, motores de las más desastrosas aventuras, de los más horrendos episodios, guerras crueles, mala conciencia. Como aquellos espíritus malignos que, atormentados por silenciosos rencores e inhibiciones, exigen el malestar general de la población, abalados en delirios punzantes y en actos preformativos celestiales. Creando las estupideces más refinadas, prometiendo ríos de leche y vino, miles de fieles se precipitan en la imbecilidad misma. Tienes sed y tomas una refrescante coca cola, tan refrescante como aquella que guiñe el ojo en los comerciales y gigantografías, mientras la obesidad mórbida sigue subiendo, estas desesperado, encuentras consuelo en el perdón autorizado del hombrecillo gris de sotana, tu hija ha muerto, se encuentra sentada sobre nubes de seda contemplando tu vida tal como tu lo haces con la vida de los famosos, el desarrollo es el único objetivo, sin Dios la humanidad se enfrascaría en disputas irreconciliables, como si, con o sin Dios, o más bien en nombre de él mismo, no se hubiesen cometido las más horrendas guerras y torturas, el amor al prójimo escrito con sangre por las religiones. La lista es infinita, y, pese que los poloticuchos y la gente común sigan afirmando que la historia en un constante entrar en razón, el desfile de máscaras esquizofrénico no cesa jamás, quizás hasta que el astro mismo donde nosotros ponemos brevemente los pies, deje de latir y vuelva a la oscuridad.

luis felipe oyarzún