Niño

Está el niño, tomado de la mano izquierda de su abuelo, entrando al Nacional, subiendo con dificultad las escalinatas grises y gastadas. Sus ojos abiertos, su pelo y orejas cubiertos por el gorrito de lana que le tejió hace unos meses su abuela, hoy desaparecida (y su cariño como un canto mudo sobre los párpados hacia el futuro). Está el olor a maní confitado, las banderas con sólo 7 estrellas, las manos grandes del abuelo sobre las manitas del niño, que mira entusiasmado hacia todos los rincones de un horizonte que parece infinito. Están sus labios entrecerrados, la bufanda que casi toca el piso, lleno de papelitos, de colillas de cigarro, de vasos de bebida, de envoltorios de plástico. Está la cancha con sus jugadores, con la música de los altoparlantes, con la mirada desconcertada de un niño tomado de la mano cálida de su abuelo. Está la mantita escocesa, las cajitas de leche con chocolate, los panes de mortadela que hizo su abuela en la casa (el niño miró como los hacía), sus manos tiernas y preocupadas, sus gestos de amor y de vida, el beso en la frente, un beso en el pasado y una eterna ausencia para el futuro. Está el niño, sobre la mantita escocesa de su abuelo, cubierto por un chaleco rojo, jeans gastados y zapatillas blancas, con los cordones desabrochados, escuchando las historias que cuenta su abuelo, mirando el silencio de su boca mayor, su mirada dura y bella, su pequeño gesto de alegría, su mano sobre la pequeña mano fría del niño. Está el niño bajando las escaleras, subiendo al auto de su abuelo, escuchando los comentarios de un caballero desconocido en la radio, corriendo por el pasillo de entrada a abrazar a su abuela y contarle lo que había visto, gritado y callado. Está el niño perdido entre abrazos del pasado, mirando las sombras del recuerdo. Está el niño escondido detrás de las cortinas, jugando con sus abuelos, antes que sus padres lo recogieran. Está el niño jugando. Está el niño, abrazado de su abuela, en muchas fotografías gastadas, guardadas en hermosos álbumes de fotos.

luis felipe oyarzún montes