Mauricio Israel y todo lo que no queremos ser
A veces, por las mañanas, mi padre suele prender el televisor y la radio, para despertarse junto a la ciudad y escuchar la crónica roja y los posibles encuentros deportivos que puedan sobrevenir durante el día. Deben ser como las siete y diez minutos cuando, a veces, se siente una voz de tono desagradable que parece provenir del mismísmo inframundo. Ya se de antemano que se trata de ese tipo al que no he podido soportar en ningún relato futbolístico. Si bien, dentro del mundo del fútbol, una de las gracias es poder hablar sin nunca haber pisado una cancha, Mauricio Israel sobrepasa todos los excesos. No solamente es desagradable cuando comenta fútbol, sino cuando intenta dictar sus charlas morales, sus discursos que van moldeando una pauta ética de las personas que ven el televisor. ¡Dios mío, cuanto me duele la voz de Mauricio Israel! ¿Qué representa Mauricio Israel para nosotros? Es evidente, representa todo lo que no queremos ser. El Chile que no queremos. Los individuos egoístas y cerrados, incapaces de comprender que pasa a sus alrededores. En fin, Israel se constituye en uno de los grandes "generadores de miseria" de este país, a la par del canal en que trabaja, Megavisión. Esta institución, representa, a su vez, los residuos de un país retrogrado, acéfalo. Llamo a nunca más en la vida prender ese canal, a menos que haya partido importante. En estos casos, oajalá puedan poner el televisor en silencio. Debemos decir NO a los generadores de miseria.